El cliente deseaba transformar un espacio rústico oscuro en una cocina y salón luminosos y acogedores, conservando la esencia del entorno rural. Propusimos un diseño que realzara la conexión con la naturaleza, utilizando materiales naturales y colores claros. La cocina se diseñó con muebles de madera maciza y tiradores de hierro forjado, evocando el estilo tradicional de las casas de campo. La encimera de granito y el fregadero de piedra natural añadieron un toque rústico. La isla central, con su superficie de madera, se convirtió en el punto focal de la cocina, invitando a la convivencia. El salón, integrado a la cocina, se amuebló con piezas de madera maciza y textiles naturales, creando un ambiente cálido y relajante. El suelo de baldosas de terracota unificó ambos ambientes, mientras que las ventanas de madera con vistas al paisaje y las plantas aromáticas añadieron autenticidad y encanto.

El objetivo principal de esta reforma fue crear un espacio integrado y funcional, donde la cocina y el salón se fusionaran en un ambiente acogedor que reflejara el estilo de vida rural y la belleza del entorno natural. Buscamos diseñar un espacio que invitara a la calma y al disfrute de la vida sencilla, utilizando materiales nobles y acabados artesanales para lograr un resultado auténtico y duradero. La reforma se realizó con respeto por la historia del lugar, conservando elementos originales y utilizando técnicas tradicionales.

Un espacio renovado que combina funcionalidad, calidez rural y conexión con la naturaleza, creando un ambiente auténtico y acogedor, perfecto para disfrutar de la vida en el campo